Salmo 84:5-7 “El anhelo por su presencia”
Hemos estado meditando en este ardiente deseo que el Salmista expresa en el salmo 84 de la presencia de Dios, y nos anima a nosotras a desearle de igual manera. El día de hoy estaremos meditando que al poner en práctica ese anhelo, el pasar más tiempo en su presencia, no está exento de dificultades, de tropiezos y tentaciones. Pero una dulce esperanza que tenemos es que no estamos solas, Él es nuestra fuerza y nuestro poder en la debilidad.
V.5 "Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos."
Que dichosos/felices son los que te buscan porque encontraran en ti las fuerzas que necesitan. El salmista muestra en los versos anteriores su deseo por estar en la casa de Dios, encontrarse con Dios. Podemos encontrar la presencia de Dios en cualquier lugar, pero sabemos que asistir a la iglesia donde nos congregamos, nos ayuda alejarnos de los bullicios de la vida, estar juntos donde podemos meditar, orar, cantar, y escuchar la palabra de Dios. Al tener comunión con Dios a solas cada día, y junto con la iglesia de Cristo, nos da esa fuerza que necesitamos para nuestro peregrinaje en nuestra vida como creyente.
Pablo nos recuerda que debemos alimentar nuestro espíritu para poder atravesar esos valles, esa fatiga, impedimentos que son normales en nuestro peregrinaje, es en nuestro tiempo en la presencia de Dios, nuestro tiempo a solas con lo que podremos recobrar en Él nuestras fuerzas.
- Gálatas 5:16 : "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne."
"En cuyo corazón están tus caminos" La palabra camino quiere decir la palabra de Dios y su voluntad.
- 1 Pedro 2:2 dice: "desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación."
Pedro aquí habla sobre el mismo anhelo del salmista de desear ardiente la presencia de Dios a través de su palabra, y nos dice que por medio de ella vamos a poder crecer para salvación, no una salvación de la condenación eterna porque esa salvación ya nos fue dada cuando creímos en Cristo, pero sí una salvación de caer en pecado, de vivir una vida que no le agrada a Dios.
V.6 "Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,Cuando la lluvia llena los estanques."
Algún día querida hermana nos vamos a encontrar con Dios, pero en medio de ese peregrinaje vamos por una senda que es angosta, donde nos vamos a encontrar con valles de lagrimas.
Estando en su presencia en cada momento de nuestra vida, alabándole cada momento, viviendo a la luz del evangelio paso a paso, es como recobraremos en Él nuestras fuerzas, es cómo podemos vivir nuestro peregrinaje con gozo, aún en las dificultades.
Hace poco estaba leyendo el testimonio de una hermana llamada Emma, siendo una joven admirable y fiel creyente se casó con un joven pastor, parecía ser la pareja perfecta pero al poco tiempo de casados, Jorge su esposo demostró que no la amaba y que solo se había casado para tener mayor oportunidades en el ministerio como pastor. Tuvieron 6 hijos, sin mostrar a Emma un esfuerzo intencional por aumentar su amor, admitió cometer adulterio después de su 4 hijo, el matrimonio de Emma era una vida de vergüenza secreta, una vida de menosprecio, indiferencia, sin ningún afecto o cuidado de su esposo. En esta parte de la historia me puse a pensar, ¿por qué Emma, una joven fiel, tuvo que pasar por tal tribulación, por tantos años de sufrimiento? Pero a terminar de leer el testimonio me di cuenta que a pesar de que hubo momentos muy desagradables en su vida, un matrimonio que seguramente ella jamás pensó vivir, con la indiferencia y menosprecio e hipocresía de un esposo que decía ser cristiano. Ella vivió a la luz del evangelio, reconociendo que su mayor necesidad no era ser rescatada de esa vida tan difícil y con tantos problemas, su necesidad mayor era de Cristo. Ella pudo vivir una vida de alabanza a Dios sin amargar su corazón con los problemas. Ella pudo depositar sus debilidades en Cristo para que Él recobrara sus fuerzas.
V.7 "Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion."
En un viaje normal (especialmente uno difícil) lo normal es el ir de poder a debilidad o fatiga. Pero no es así con aquellos cuyo poder está en Dios. El testimonio de nuestra hermana Emma es de gran ánimo para mi vida, y recordatorio de que viviendo en comunión con Cristo, buscándole, no habrá dificultad que me quite el gozo, habrá momentos de desanimo, angustia, valles de lagrimas pero mis fuerzas estarán en Él.
Y nuestra mayor esperanza es un día ver a Dios en las moradas celestes, y alabarle para siempre. Pablo decía en su carta a los Romanos que las aflicciones presentes no son comparadas a las glorias venideras que han de manifestarse, que vamos a recibir estado con el Señor por siempre.
¿Estamos listas para el momento de ver a Dios cara a cara? ¿Nuestro corazón está anhelando su presencia a pesar de las dificultades? Esperamos que esta meditación sea de bendición para tu vida, el día de mañana veremos la última parte de este hermoso Salmo.