Que tu hablar sea Vida
♪♪'Así que habla vida, habla vida' 'En la noche más oscura, más oscura' 'Habla la vida, habla la vida' 'Cuando el sol no brille y no sabes por qué' 'Mira a los ojos de los quebrantados de corazón' 'Míralos cobrar vida, tan pronto como les hables de esperanza' 'Hablas amor, hablas' 'Tu habla vida, oh, oh, oh, oh' 'Tu habla vida, oh, oh, oh, oh'♪♪
La lirica de esta canción había sacudido mi cabeza durante semanas. Aprecié su significado, pero realmente no me había detenido a asimilarlo por completo. Finalmente, una tarde el Señor llamó mi atención y me di cuenta de que estaba tratando de decirme algo a través del mensaje de esta canción. Encontré la canción en mi teléfono y lo reproduje una y otra vez. Mientras escuchaba atentamente, el significado de las letras me recorrió la mente y el corazón.
♪♪'Palabras de mis labios, como brazos de la compasión' ' 'Las montañas se desmoronan con cada sílaba, la esperanza puede vivir o morir' 'La esperanza caerá como la lluvia, cuando hablas vida con las palabras que dices' 'Eleva tus pensamientos un poco más alto, usa tus palabras para inspirar''La alegría caerá como la lluvia cuando hablas vida con las cosas que dices'♪♪
Todos son pensamientos realmente poderosos y personalmente desafiantes. Me encanta lo visual que es cada idea: es como si mis palabras se envuelven alrededor de alguien, como darles un gran abrazo (brazos de compasión) o ver caer la cara de alguien (montañas se derrumban) con una palabra dura. Todos lo hemos visto en otros. Todos lo hemos sentido nosotros mismos. Esos momentos en que la bondad se refresca o la crueldad te desmorona.
Proverbios 12:18 describe esto perfectamente, "Hay uno cuyas palabras precipitadas son como empujes de espada, pero la lengua de los sabios trae sanidad". A lo largo de las Escrituras, el Señor nos instruye a usar nuestras lenguas con cuidado. La primera parte entera de Santiago 3 advierte cuán destructivo puede ser nuestro hablar y que debemos aprender a controlar o domesticar nuestras lenguas para controlar nuestro hablar. Estoy segura de que el artista tenía esto en mente cuando escribió:
♪♪'Algunos días la lengua se tuerce' 'Otros días mis pensamientos simplemente se desmorona' 'Yo sí, no, lo haré, no lo haré''Es como si me estuviera ahogando en lo profundo'♪♪
Al pensar en todos estos principios, comencé a darme cuenta de que el mayor desafío al que me enfrento no es con mis amigos, sino más bien en casa con los que más amo. De alguna manera, puede ser más fácil ser amable y cariñoso con los que solo veo de vez en cuando. Es parte de nuestra persona pública. Pero en nuestros espacios privados tendemos a bajar la guardia y no ser tan cuidadosos. Quizás supongamos que nuestros maridos nos aman sin importar qué, así que no tenemos que ser especialmente amables. O tal vez estamos molestos por un malentendido y nos sentimos justificados al expresar nuestros sentimientos de una manera que hiere, lastima, menosprecia. Cuando nuestros hijos se ponen difíciles y ponen a prueba nuestra paciencia, nos desgasta y atacamos verbalmente. Quizás aún vivas en casa con tus padres o compartas una casa con un compañero de cuarto, incluso en esas relaciones puede ser fácil ser breve o "sarcástico" en lo que decimos. En el calor del momento no nos tomamos el tiempo de elegir nuestras palabras con cuidado o atemperar nuestros comentarios.
Dios ha colocado a estos seres queridos en nuestras vidas para ministrar y alentar. La Escritura es muy clara en cuanto a que debemos "alentarnos unos a otros y edificarnos unos a otros", 1 Tesalonicenses 5:11. Las palabras que elegimos usar en nuestros hogares son tan importantes, si no más, que las que hablamos al resto de la sociedad. Nuestro discurso debe reflejar el amor y la gracia de Dios. Como Proverbios 16:24 dice "Las palabras de gracia son como un panal de miel, dulzura para el alma y salud para el cuerpo". Busquemos hablar esperanza, compasión e inspiración. ¡Hablemos amor! ¡¡Hablar vida!!