Que todo lo que hagamos sea para su gloria

05.10.2018

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís." Colosenses 3: 23-24

Guillermo Carey, remendando zapatos en ese pequeño cuarto de una gran ciudad, aunque jamás fue hábil como obrero, con todo eso remendándolos lo mejor que podía, poniéndoles buena piel y fuertes suelas y tacones, y cosiéndolos bien y consagrando su afán al servicio del reino de Dios, era tan íntegro en los negocios del Padre como lo fue el doctor Guillermo Carey, el distinguido erudito oriental cuando traducía la Biblia a los idiomas de la India, predicaba el evangelio y bautizaba a los convertidos. Esa pequeña zapatería con sus martillos y leznas y recortes de suela representaban un departamento de los negocios del Padre celestial. -Selecto.

Guillermo Carey sin duda alguna es un claro ejemplo de hacer todo para la gloria de Dios. Toda nuestra vida debe ser un servicio a Dios, todo, absolutamente todo lo que hagamos debe ser para su gloria, si tenemos un trabajo secular, si somos amas de casa, si somos estudiantes, cada cosa que hagamos sea para la gloria de Dios, y por supuesto no es la excepción con los ministerios que desarrollamos para edificación de nuestra iglesia.

El significado de grandeza para Dios es totalmente opuesto a lo que la sociedad nos muestra para el mundo actual, una persona que es grande, es una persona exitosa en los negocios, reconocida, con muchos títulos universitarios, maestrías y doctorados, pero hagamos un lado lo que la sociedad nos hace creer y meditemos en lo que Dios dice; El que quiera ser grande debe servir (Mateo 20:26 NVI) la grandeza es servicio. Ese es el tipo de grandeza que como creyentes debemos anhelar.

Cuando estamos haciendo un servicio para Dios, o tenemos algún ministerio, la mayoría de veces no seremos reconocidos por los hermanos, ni por las personas que nos rodean, menos cuando tenemos un servicio que es poco visible, como la limpieza, el cuidado del hogar, manejar la camioneta de la iglesia, el trabajo con los niños, pero para Dios todo servicio a Él es honroso, si busca Su Gloria. Si no nos jactamos con lo que estamos haciendo, ni buscamos la gloria de los hombres, Él se agrada de igual forma con aquel que predica frente a un pulpito, que con aquella mujer que ora en privado por la iglesia, por su familia, por el pueblo, Dios se agrada de igual manera con aquel que toca algún instrumento, que con aquella hermana o hermano que realiza la limpieza cada día de reunión. Así como Dios se glorificó del servicio de Guillermo zapatero y Guillermo predicador y traductor de la Biblia.

Un hermano preguntó en un estudio la semana pasada, ¿nuestro servicio está siendo acepto para Dios? Y podemos meditar un poco en cómo sabemos si nuestro servicio está agradando a Dios. Examina tu corazón sobre estos aspectos:

  • Un corazón humilde en su servicio, cualquier servicio que estemos realizando para Dios, debe ser reconociendo que el merece la Gloria, si hay en nosotros un poco de jactancia en nuestro corazón cuando un humano nos felicita por nuestro servicio, o nuestro jefe nos asciende por nuestro buen desempeño, debemos detenernos, reconocer y arrepentirnos de nuestra falta de humildad. "No tengo de qué gloriarme si no en la cruz de Cristo"-Dijo Pablo. Y es cierto, no tenemos de qué gloriarnos, lo que somos y tenemos es por gracia, Dios debe recibir toda la honra y toda la gloria. ¿Tenemos un buen trabajo? ¿Una buena casa? ¿Un gran ministerio? La gloria para Dios.

"Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros. Filipenses 1:3-4

  • Buscar santificarnos cada día, necesitamos limpiarnos con su palabra cada día (Juan 15:3) Para que el Señor se agrande cuando estamos realizando un ministerio, nuestro corazón debe estar limpio, no debe haber pecados ocultos, debemos ir a Él arrepentidos y buscar la santificación. Si no, nuestra labor será vano y nuestro incienso abominable delante de Dios como lo eran los sacrificios de el pueblo de Israel cuando estaba en pecado.(Isaías 1:13)

"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad" Juan 17:17

Dios merece lo mejor, examinemos con estos puntos si nuestro servicio está siendo olor fragante para Él, si no es así, pidamos que nos ayude en nuestro servicio en el hogar primeramente, con nuestro esposo, nuestros hijos, algún ministerio que estés desempeñando en tu iglesia local, pide sabiduría a Dios, santifícate en su palabra, y dale toda la gloria a ÉL. Podemos hacer que nuestro hogar o nuestro lugar de trabajo sea un lugar de los negocios del Padre celestial.

"En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor" Romanos 12:11

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