"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." Romanos 12:2

Cuando mis papás me estaban enseñando a manejar, no me dejaban usar el carro a menos que ellos estuvieran a mi lado, por un lado no tenía licencia ni permiso para conducir, y por el otro aún no aprendía bien, era muy difícil aprender a manejar con ellos gritándome: ¡alto, alto! ¡No tan rápido!, entre otras exclamaciones que me ponían realmente nerviosa. Pero un día pensado que me serviría más manejar sin ellos un lado de mí, tome el carro pensando que todo estaría bien, sólo eran 5 minutos de camino ¿qué podría pasar?, sin embargo mi desobediencia a su voluntad tuvo consecuencia, al ir de regreso a casa en un instante el carro se me descontroló y terminé estampada en un poste, fue una de la experiencias más vergonzosas y terrible, no solo por el hecho de que tuve que pagar parte de los gastos generados por el choque, sino porque desobedecí a la voluntad de mis padres. La voluntad de mis padres era que obedeciera al no conducir sin ellos, al desobedecer y tener consecuencias de mis pecados, entendí que su voluntad era por mi bien, pero en ocasiones cuando somos jóvenes no entendemos o pensamos que lo que haremos "no está tan mal" o que es lo mejor.

La voluntad de Dios para nuestra vidas es agradable y es perfecta, el quiere lo mejor para nosotras, pero ¿cómo conocemos la voluntad de Dios? Dice en Romanos 12:2 que "debemos separarnos del mundo, no físicamente pero si en sus prácticas pecaminosas y transformar nuestra mente". También en Hebreos 13:21 nos enseña que solamente a través de Jesucristo obrando en nosotras es como podremos hacer su voluntad "os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén."

Entonces, los pasajes de Romanos y Hebreos nos explican claramente cómo conocer la voluntad de Dios, en ocasiones hay decisiones en nuestra vida que debemos tomar y quisiéramos que Dios nos hablara con voz audible, pero realmente el Señor nos habla claramente cuál es su voluntad a través de su palabra, por medio de su palabra es cómo podemos vivir en el mundo pero no hacer las cosas mundanas, todas aquellas cosas que nos desvían de Dios y es precisamente por medio de su palabra como podremos renovar nuestra mente, esta mente que solo desea pecar, desobedecer, hacer su propia voluntad, por medio de su palabra podremos renovar nuestra mente pecadora a la mente de Jesucristo. Dice en 1 Corintios 2:16 que nosotras como creyentes tenemos la mente de Cristo. Cristo a través de su palabra obrará en nosotras para hacer lo agradable delante de Él, para obrar en su voluntad.

Debemos buscar en intimidad la voluntad de Dios hacia nuestras vidas, hay situaciones en las cuales tenemos que tomar una decisión, donde en algunos casos la voluntad de Dios no se encuentra explícitamente en la palabra, como ¿cuál es el ministerio o servicio que me has llamado, cuál es mi don? ¿En dónde quieres que sirva? ¿Debo seguir en el trabajo que estoy? Y muchas veces nuestras decisiones están basadas en "yo creo que esto es la voluntad de Dios" pero el Señor nos manda a buscar su voluntad en oración, separarnos del mundo y al renovar nuestra mente con su palabra, es hasta entonces que tomaremos la decisión correcta, lo mejor para nuestras vidas: hacer su voluntad.

Debemos tener en mente que la razón por la que estamos aquí es para hacer la voluntad de Dios, Jesús mismo en repetidas ocasiones dijo que él había venido a cumplir la voluntad de su padre (Juan 5:30). Y no solo lo dijo, si no que demostró la unidad que tenía con el padre, Dios quiere que tengamos tal intimidad con Él que podamos ser uno con Él.

Busquemos su voluntad en todo y digamos como el Salmista:

"Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud." Salmos 143:10

"El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón."Salmos 40:8

La voluntad de Dios es agradable y perfecta

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