Conocer mejor a Dios me hace ser mejor esposa y madre
Ahora mismo estoy al final de la cuarta década de mi vida, así que puedo hablarte de muchos temas con conocimiento de causa, criar hijos, en sus diferentes etapas, bebés, infantes, escolares, preadolescentes, adolescentes, adultos, como esposa recién casada, primera, segunda y en camino de la tercera década de matrimonio, padres ancianos, sirviendo al Señor como esposa de pastor, maestra de niños en escuela dominical, de preadolescentes, y en el ministerio de damas, organizando viajes misioneros, consejería etc.... ¡Vaya! ya que lo veo escrito es un currículo bastante extenso. Pero antes de seguir quiero aclarar de la profunda consciencia de que solamente por la gracia de Dios lo he podido hacer, así que, desde ¡Ya! quiero entregar a Él la gloria y la honra, porque Él lo hizo a través de mí.
Mis días muchas veces fueron caóticos, y maratónicos, con frecuencia me sentí inadecuada, no tengo una formación teológica formal, y la formación universitaria es inoperante en este campo de conocimiento, así que por aquellos días que iniciaba mi carrera como mujer con todas estas responsabilidades, contaba con mi Biblia, una Iglesia con una enseñanza solida de la palabra de Dios, especialmente uno de mis pastores, era un precioso don dado por Dios a nuestra Iglesia anciano, sabio y siempre disponible para responder a las preguntas de su impertinente e inexperta oveja, con dos niños pequeños, y un esposo, que iniciábamos en el ministerio, así mi vida. Doy tantas gracias a Dios que al igual como hizo con Lidia la vendedora de purpura, abrió mi corazón y él puso una inclinación y un deseo de conocerlo a Él, (Hechos 16:14)
Leía la biblia, meditaba, la anotaba, oraba, Dios puso en mis manos libros excelentes que hablaban de Teología como el "conocimiento del Dios Santo" lo eh leído varias veces, y otros más, tome cada estudio bíblico que se dio en mi Iglesia, estudiábamos libros enteros de la palabra de Dios, (Romanos, Gálatas, Levíticos etc..) interpretados con una buena hermenéutica, todo eso era un deleite para mí. Mis pastores al igual que el apóstol Pablo a la Iglesia de Éfeso no rehuían enseñarnos todo el consejo de Dios. Dios puso un cerco de protección alrededor de mi vida y este cerco, fue su palabra, el conocimiento de Él, una Iglesia con sana doctrina.
Como esposa no fue diferente, solo teniendo una teología correcta pude entender que el matrimonio no se trata de mí o mi felicidad, si no buscar su gloria, hacer todo para la gloria de Él, entender que estoy casada con un pecador, que necesita recibir gracia, para cubrir multitud de pecados, que no es perfecto y que yo tampoco soy perfecta y que también me gustaría ser tratada con misericordia, entender que el matrimonio es un pacto que sin Cristo no puede funcionar, que somos una parábola viviente y le predicamos al mundo Como Cristo ama a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, y la Iglesia ama a Cristo y le está sujeta. (Efesios 5:23-30)
Sinceramente la revolución más importante y vital que experimente fue como mujer, (Tito 2:3-5) El me enseño el engaño que muchas mujeres viven, luchando por una libertad, que las esclaviza considerando como yugo el rol que como mujeres Él nos revela en su palabra. Amo ser mujer pero una mujer como la biblia la define, que ama a su Señor, vive su diseño como mujer esposa y madre, Aun me quedan cosas por delante etapas por vivir, lidio con problemas de salud, mis Padres ancianos que debo honrar, cuidar y respetar, la llegada de los nietos que anhelo Dios me de fuerzas para verlos nacer, disfrutar, y si mi Dios me permite ser para ellos como Loida que siendo una anciana trasmitió una fe genuina a su nieto Timoteo, pero sobre todas las cosas, tengo una consciencia tan clara que mientras este aquí en esta tierra debo seguir creciendo en la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, vivir para su Gloria.... (2ª de Pedro 3:18).