El legado para nuestros hijos
En la actualidad muchos jóvenes e incluso adultos no tienen en sus planes tener hijos, afectando algunos países como Europa y Asia, creando generaciones de adultos mayores y jóvenes que envejecerán sin que surja una nueva generación que las sustituya. Por lo cual algunas naciones pagan a sus ciudadanos por tener hijos, es el caso de Japón por cada hijo que se tiene las familias reciben al mes un fondo de 15 mil yenes (2 mil 500 pesos). ¿Y a qué se debe todo eso? Mujeres que no quieren responsabilidades, hombres con una sola meta en sus vidas, el éxito, una carrera, obtener dinero y todos los lujos para ahora si tener hijos, realmente es eso.
Hace algunos meses comencé mi vida de casada, han sido muchos cambios en mi vida y sobre todo es el tiempo de pensar en el futuro de crecer nuestra familia y como serán esos años. Ahora no te pudiera contar cual ha sido mi experiencia como madre porque no tengo hijos aun, pero si en pensar que legado les dejare a mis hijos, que es lo que voy a mostrarles en todos sus años de vida en nuestro hogar.
Yo no nací en un hogar cristiano, pero el tiempo en el que conocí al Señor junto con mis padres, comenzaron a mostrarme cuanto necesito crecer en Dios, mi madre quien fue mas apegada a mi en mi vida espiritual me enseño tantas cosas, la oración, la sujeción, el amor al prójimo, la lectura de la palabra de Dios y lo soy ahora lo soy gracias a ellos. Eso es mi anhelo un día para mi vida, que pueda yo mostrarles a mis hijos junto con mi esposo la importancia que tiene que ellos conozcan la palabra, que sepan que no hay otro camino al cielo solo con Cristo, que este mundo no les ofrecerá nada, y de la naturaleza pecaminosa que tenemos, el Evangelio de Jesucristo.
Ser madre y padres es una oportunidad de Dios, es un acto que solo Él nos puede dar "Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte" Salmos 127:3 NTV. Es una tarea de preparación para la gloria de Dios y no para el apellido familiar. En nuestros días es más común pensar en la crianza de los hijos en la provisión básica: comida, techo, ropa, entretenimiento, educación .... Quizá para cualquier padre es algo bueno, lo triste es que muchos creyentes están tomando esa práctica en sus vidas como algo primordial y dejando como segundo rol la vida espiritual de sus hijos, y lo material ¿cuánto puede durar?, después de la muerte todo se acaba, pero lo que hacemos en Cristo será eterno. "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." Mateo 6:19-21
Debemos comenzar a interesarnos por conocer mejor el Evangelio primeramente en nuestro matrimonio, y luego a nuestros hijos, a la iglesia, a la sociedad "Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas." Deuteronomio 6:6-9. Puesto que estamos viviendo en una generación en la cual la tecnología, el mundo cibernético ha mostrado la presión social en los niños y jóvenes, vendiéndoles una gracia barata, un conocimiento tan superficial y emocional de lo que es el evangelio y no un conocimiento real y eterno en sus vidas que va a glorificar a Dios.
Querida hermana, así como en mi corazón esta el anhelo de mostrar algún día a mis hijos la importancia de que conozcan el evangelio en sus vidas, así te animo a que te tomes el tiempo para instruir a tus hijos en los caminos de Dios, que te sientes con ellos a platicar, orar, a escucharlos entrar en su mundo, que piensan, que ven, que hacen, y así comenzar a establecer una relación de confianza, amor y que sean niños que aman, que sirven a Dios con todo su corazón y que no quieran ser como ellos, si no mas como a Cristo.