Efesios 4:17-24 “Despojaos, renovaos, y vestirse” La Nueva vida en Cristo.
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20 más vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22 en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
V.17 Esto pues, debido a que nuestro llamado es supremo (Lo estudiamos en la ocasión anterior, que la meta de Cristo para su Iglesia es llevarnos de gloria, en gloria creciendo con una meta en mente "La medida de la estatura de Cristo") Pablo da por hecho que que la renovación ha sido realizada por la obra poderosa del Espíritu en nuestras vidas, nada podrá evitar mi hermana que crezcamos y nos santifiquemos excepto nosotras mismas. La Iglesia de Efeso estaba situada en una ciudad por demás inmoral, era una pequeña isla rodeada de tentaciones, a ellos quienes oyeron primero este mensaje, y cuyas circunstancias no eran mejores que las nuestras.
Observemos que en los capítulos siguientes va el escritor a mostrar el rol tan importante que nuestra mente tiene, en el conocer a Dios, que nuestra vida espiritual sea fructífera.
V.17 mente
V.18 entendimiento, ignorancia
V.20 Aprendido
V.23 mente
Todas estas palabras tienen relación con el uso de nuestras facultades mentales
Pablo, les dice "digo y requiero en el Señor que ya no andéis como los otros gentiles que andan en la vanidad de su mente" hay 2 clases de gentiles, la iglesia gentil y los otros, quienes son gobernados por una mente vana (Inútil sin fruto) pero no nosotros hemos sido renovadas en el espíritu de nuestra mente: pensamos diferente, metas y propósitos diferentes, prioridades diferentes, enfoques etc..
V.18 Entendimiento entenebrecido, este entendimiento esta en tinieblas, por vivir ajenos a la vida de Dios, Ignoran la verdad de Dios (No es que Dios no se revele como dice Romanos capítulo 1 y 2) El hombre deliberadamente cierra sus ojos a su revelación, Por un corazón endurecido (Encallecido) Esto trae como consecuencia.
V.19 Perdida de toda sensibilidad moral, (No están dispuestos a reconocer su pecado ni aun viendo las consecuencias de él) y se entregan con avidez a lo que su mente depravada les guie, toda clase de impurezas.
V.20 La razón de que nosotros los otros gentiles, no vayamos tras ellos en la misma disolución es porque hemos aprendido de Cristo.
V.21 y hemos aprendido de Cristo por que le hemos oído (Con nuestro oído espiritual, capacidad de oír ese llamado, y que gracias a ese oír, somos por El enseñados conforme a su verdad. Ahora vivimos centradas en Cristo, debemos ser dóciles a su voz, porque ¡Ahora podemos oírlo! La verdad que esta en El, y quien es El, Yo soy la verdad dijo Jesús.
V.22 En este texto vemos la obra de rescate y restauración total que nuestro ser recibió en el momento que fuimos salvos, la vieja manera de vivir debe quedar atrás el viejo hombre fue arrancado de nosotros para vivir y movernos libremente (es la idea original de "despojaos") ese hombre arruinado y corrompido, desgastado e inservible, engañado y esclavizado por sus deseos engañosos.
Renovaos en el espíritu de vuestra mente adquirimos nuevas facultades mentales espirituales, no es un cambio psicológico o de opinión, sino que ese cambio que se opero en nosotros va a cambiar en forma radical y completa nuestra forma de pensar, Dios nos provee una capacidad moral, espiritual que antes no teníamos.
Vestíos del nuevo hombre, que es sobrenatural, creado según Dios, con el carácter de justicia reflejado en actos justos, en santidad y por la verdad que ahora conocemos.