Dios en mi dolor
Mi piel comenzó a sentir escalofríos, un dolor inmenso que hacía retorcerme, la sensación de ir al baño constantemente y esperando dos horas a que haga efecto el medicamento. Esto eh pasado los últimos dos años de mi vida, llorando amargamente porque pronto pase, y perdiendo la paciencia por no encontrar la solución después de muchos tratamientos. Quizás a muchas personas les ha pasado situaciones mucho más graves de las que he experimentado yo, quimioterapias, dolores agudos, infartos, una muerte, una operación difícil etc. Pero al final caen en la misma sensación de angustia que yo, tristeza, desanimo, impotencia. El Señor quiere trabajar en nuestras vidas, Él permite que nos sucedan cosas siempre para nuestro bien, aunque a veces no las miremos así, "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". En ningún momento nos mencionó que no tendríamos aflicciones, enfermedades, angustias, pero si nos dijo que estaría con nosotros. Sin embargo, el llegar a aceptar ese propósito en nuestras vidas es difícil.
¿Sabes? déjame decirte que la enfermedad no es resultado de nuestras acciones, por lo menos no siempre, en Juan 9 nos dice lo siguiente: "Y pasando Jesús, vio un hombre ciego desde su nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabbí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciese ciego? respondió Jesús: Ni éste pecó, ni sus padres: más para que las obras de Dios se manifiesten en él". Los discípulos estaban suponiendo de alguna manera de que él se merecía todo eso, en la carta a los Romanos nos menciona "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." Así que nuestra naturaleza es pecaminosa y trajo consigo enfermedades, consecuencias, somos seres humanos imperfectos, estamos en un mundo caído, con cuerpos vulnerables, malos estilos de vida, ya sea para que lo entendamos o no, estas cosas nos suceden.
Después de la muerte de Lázaro el Señor menciona en Juan 11:4 "Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella." Dios es un Dios bueno, perfecto y misericordioso y en medio de todo esto debemos recordar que lo que el hace es bueno, perfecto y misericordioso para con sus hijos. Lázaro era un gran amigo de Jesús y aun así permitió que él enfermara. Él quiere ser glorificado en medio de nuestras pruebas y no viviendo en los deseos que queremos.
Uno de mis versículos favoritos del cual te quiero enseñar esta en la carta a los Corintios. Describe la vida del Apóstol Pablo un fiel seguidor de Cristo, el cual le suplico a Dios tres veces que le quitara ese aguijón de la carne, no sabemos a ciencia acierta que era, pero si algo en su cuerpo que hacia que le molestara continuamente y quizás le impedía servir a Dios de una manera completa. "Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." 2 Corintios 12.9-10. Para Pablo Jehová fue su fortaleza, jamás desapareció el aguijón en su vida, pero aun así, pudo hacer grandes cosas en su caminar con Cristo, terminando diciendo al final de su muerte: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe". 2 Timoteo 4:7
En medio de toda esta adversidad Dios me ha mostrado cuanto lo necesito, sabiendo que todo tiene un propósito. En todo este tiempo he podido refugiarme en Él, en buscarlo cada día más, no solo cuando estoy con mucho dolor si no aun en mis momentos de felicidad. Puedo ver cuanto me ama y recordar siempre que su Gracia es suficiente para mí, que, sin importar si Él quiere sanarme o no, mi gozo tiene que permanecer. Se que en momentos es difícil e incluso puedo llorar en ocasiones, pero quiero recordar siempre que algún día estaré con Él, en un cuerpo que jamás se desgastará, que se no enfermará, que no tendrá más llanto ni dolor un cuerpo glorificado. "Gracias Señor por ser mi FORTALEZA SIEMPRE EN MI MOMENTO DE ANGUISTIA"