"Cuando mi fe es probada, y Dios glorificado" Part 2.
Eliú, el más joven de los oyentes se mantuvo en su posición por respeto a las canas de los demás ponentes (Job 32:6) y al abrir su discurso censura a Job por justificarse más que a Dios.
Eliú ha esperado todo este tiempo para ver si alguno de los sabios defiende la justicia de Dios y su grandeza digna de no interrogarse sino de callar y admirar la mano del omnipotente. Los mas viejos han defraudado al joven Eliu. Comienza su defensa con Dios:
Job 36:1-33 Dios es Justo, es Digno, asegura que Dios está hablando fuertemente a Job por la prueba Job 33:19-22
No hay injusticia en Dios (Eliú se apoya en el carácter de Dios)
- Dios da al hombre lo que merece (Job 34:11)
- Dios es soberano, por lo que nadie puede obligarlo o incitarlo a hacer lo injusto (Job 34:12)
- Dios es sustentador, podría quitar la vida a quien Él quiera (Job 34:14-15)
Conocer el carácter de Dios nos ayudara en la prueba para entender que Su poder no está reñido con la misericordia, sino que están perfectamente equilibrados. Este conocimiento de su carácter nos llevara a la admiración.
Esta admiración producirá una seguridad y fortaleza en medio de la aflicción. Lo describe de la siguiente manera:
Fortaleza para el sufrimiento. No toda tu vida cargará con aflicciones de la magnitud de las que tuvo que soportar Job. Sin embargo, el sufrimiento, intenso y prolongado, será el destino de casi todo ser humano. Seguramente, uno de los propósitos de Job es ayudar a cargar con este sufrimiento.
El libro hace esto para preparar al lector para que acepte la libertad de Dios. Job hace trizas los ídolos que puedan habitar las mentes de las personas y deja un retrato realista de Dios.
Al admirar a Dios por su deidad y todo lo que representa nos preparara para poder soportar la dificultad porque tenemos un retrato fiel de lo que Dios puede hacer con la adversidad.
Finalmente, Job pasa esta prueba y se gradúa con honores permanece fiel a Dios nunca se revelo en contra del Dios verdadero, ni negó la existencia, ni la injusticia, pero esto no es el propósito de Dios de haber llamado a Satanás para someter a prueba a Job, sino el de algo más importante y Job lo confiesa en el último capítulo "De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven." (Job 42:5)