Confiando en su provisión
Filipenses 4:19 "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
El Señor en su soberanía, en su providencia hacia nosotras como creyentes, suple cada una de nuestras necesidades, económica, emocional por supuesto, espiritual. Pablo en su carta a los Filipenses escribe a los hermanos que había aprendido a contentarse cualquiera fuere su situación, y las situaciones que Pablo había pasado eran situaciones que si a nosotras nos sobrevinieren muy probablemente nos robarían el gozo, y nos harían entrar en el hoyo de la preocupación. Pablo había padecido naufragio, azotes, hambre, sed, encarcelamiento, y muchas más cosas que nos describe en 2 Corintios 11:23-33 Pablo podía decir confiadamente que Dios supliría las necesidades de los Filipenses, porque él había experimentado la provisión de Dios en su vida, aun en medio de tales sufrimientos.
¿Cómo los Filipenses y nosotras podremos confiar y gozarnos en alguna necesidad? En el versículo 1 de Filipenses 4, Pablo da la clave para poder tener contentamiento, "Estar firmes en el Señor", estad firme es llenar nuestra mente de Cristo, buscar cada día conocerle más y más, mirar a Cristo a través de su palabra y llegar a decir para mí el vivir es Cristo. Mi oración siempre es que el Señor me ayuda a depender totalmente de Él al punto de poder enfrentar cualquier situación económica, emocional con gozo en mi corazón y una confianza plena de su provisión. Confío en Dios y sé que Él es fiel, me lo ha mostrado de innumerables maneras, pero tristemente en ocasiones, me preocupo, me afano y pierdo el gozo por un problema. Pero cuando esa preocupación la llevo ante Dios me da la paz. Así fue el caso de Ana, atribulada por la rivalidad de Penina. Derramó su corazón al Señor y se llenó de la seguridad de que Dios había oído su ruego "El día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con vigor en mi alma" (Sal 138:3).
Muchas familias pierden la paz y el gozo por la preocupación de cómo van a suplir sus necesidades. Pero el Señor nos da seguridad. Así que podemos vivir tranquilos y contentos si confiamos en su promesa de provisión. 1 Timoteo 6: 8 NTV: "Así que, si tenemos suficiente alimento y ropa, estemos contentos." Aún como creyentes puede que nuestro gozo sea dominado por las cosas materiales, por alguna persona, por las emociones o los problemas. Deseamos, lo que tiene otra persona, un celular de última generación, una computadora, una ropa de moda. Los adultos buscan el mejor auto, una casa grande, un televisor enorme. Por eso Jesucristo vuelve repetidamente al tema de las riquezas: "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mt 6:31-33). Teniendo comida y vestido debemos vivir tranquilos y contentos porque el Señor tiene cuidado de nosotros.
Los filipenses habían ayudado con ofrendas al ministerio de predicación de la palabra a través de Pablo. Por eso, Pablo les recuerda la promesa: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Fil 4:19). Cuando nosotros invertimos en las cosas eternas, ayudando al necesitado y apoyando el ministerio, el Señor suple nuestras necesidades.
He experimentado su provisión de tantas maneras, Él ha suplido todas mis necesidades, aún sin llevarlas ante Él. Dios proveyó espiritualmente, primeramente al dar su hijo, nuestro Señor Jesucristo a morir por mi pecado, para poder tener entrada a Él y gozar de una salvación eterna, veo su provisión con mi esposo, un hombre que le ama y que me hace acercarme más a Cristo, al darme una familia en Cristo y en la carne y a través de ellos proveer necesidades de consuelo, ánimo, su provisión material al jamás faltarnos alimento y vestido. Y podía seguir enumerando su maravillosa provisión en mi vida cada día, y es difícil pensar cómo en un momento de nuestra vida dejamos de confiar que el Señor va a proveer después de ver todas estas formas en el que Señor ha sido fiel, pero como humanos lo hacemos. Y pensamos que incoherente la incredulidad del pueblo de Israel a ver la mano poderosa de Dios en cada paso que daban, pero somos igualmente incrédulos al no confiar en la provisión de Dios y afanarnos después de todo lo que Dios ha obrado en nuestras vidas, como Dios ha estado con nosotros.
- Cristo es nuestra fuente de agua viva. (Juan 7:38)
- Cristo es nuestro aliento de vida. (Génesis 2:7)
- Cristo es nuestro pan de vida. (Juan 6:35)
- Cristo es nuestra luz. (Juan 8:12)
Cristo provee cada una de nuestras necesidades, no busquemos más en otra parte, busquemos a Él cada día.