Completa en Él.
Los sábados son días familiares en nuestra casa. Mi esposo está en casa y tenemos el día con los niños para estar juntos. Estoy ansiosa por que lleguen los sábados. Pero a medida que avanza una semana más, me acuerdo y me doy cuenta de lo fácil que puedo perder el sentido y valor de este día especial. Cuando las cosas no van a la perfección, o simplemente no como me las había imaginado, ¿qué hago? Un puchero y hago un berrinche como lo harían mis niños pequeños. Nuestros sábados juntos son preciosos, pero ¿le estoy poniendo mucho valor?
Me doy cuenta que me obsesiona llegar a
tiempo a esa nueva cafetería, a tiempo antes de que llegue la hora de la siesta,
antes que los niños arruinen su pelo, y arruguen mi ropa, para poder publicar
mi linda foto. Porque no sucedió a menos que lo publique para que todos lo
vean, ¿verdad? Mis niños aún son pequeños muchas veces no escuchan y
simplemente quieren correr jugar y sonreír, entonces puedo llegar a frustrarme.
¿Por qué es más importante para mí lo que hacemos o que vayamos a algún lado a
disfrutar del día o ir con la familia? ¿O me importa más una linda foto? ¿Necesito
la atención y aprobación de otros para validar mi vida? Por supuesto que no,
pero me gusta, quiero lucir bien y siempre cuidar las apariencias.
Tengo este deseo insaciable de ser conocida, ser vista y amada. Si miro de cierta manera, si publico suficientes fotos, si me aseguro de que mis hijos se comporten bien y de que mi hogar se vea limpio y moderno. O si al menos puedo publicarlo en las redes sociales, a la gente le gustará, me aceptará y me admirará. Cuando realmente lo pienso, eso es lo que está pasando, no solo conmigo, sino con muchas personas. Necesito aprobación de la gente para ser valorada. En esos sábados, cuando no todo va "bien", son las personas que están conviviendo conmigo las que más amo.
Mi vida puede verse bien en el exterior, pero ¿cuál es mi realidad? ¿Qué he cambiado por esos pocos "me gusta"? ¿Y qué verdadera felicidad me trae eso? Me doy cuenta cuan frívola y superficial puedo ser ¿Y qué pasa con todas aquellas personas en las que quiero influir? ¿Qué es lo que realmente ven en mí? ¿Qué necesitan? ¿Qué pasaría si realmente viera más allá de mí misma y mirara sus vidas y me preocupara más por ellos que por mí misma? Y mis hijos, ¿qué quieren más? ¿Qué necesitan más? ¿No es el corazón y el amor de su mamá?
Puedo ir más profundo ¿Qué pasa con mi relación con Jesús? Él también no quiere nada más que a mí. Todo mi corazón, toda mi atención.
Necesito llenar mis pensamientos y mi corazón con Cristo y todo lo que Él es en lugar de estar absorta en mí misma, realmente cambiaré. Puedo cambiar el lugar donde utilizo mi tiempo y mi energía, en lugar de intentar impresionar a las personas, ser genuinamente amables y cuidar de los demás. En lugar de comparar o competir, puedo dar y no le quitará nada a quien soy.
Cristo me ha dado todas las cosas para la vida y la piedad. Tengo todo lo que necesito, no me falta nada.
Soy amada por completo por lo divino. No necesito nada de nadie más. No necesito convencer a nadie de quién soy. Y puedo usar los dones, las habilidades, la vida que Él me ha dado con libertad y humildad. Lo que alguien más tiene no me afecta, no me resta lo que tenga, estoy completa en Cristo. Él me ha dado la vida, estoy aquí por Él, todo se trata de Él. Todo lo demás es un vapor.