Alimentamos cuerpos, y nutrimos almas
Todas conocemos la importancia de una alimentación balanceada, equilibrada, y sana para nuestra familia, cuando nuestros hijos son recién nacidos no hay nada mejor que la leche materna, pronto llega el momento de la ablactación y comenzamos a introducir poco a poco otro tipo de alimentos, como verduras, frutas y algunos cereales. Hay un sin fin de marcas de alimento infantil en el mercado, pero todas sabemos que las que mama prepara en casa, verduras frescas sin conservadores, son las mejores, queremos darles fuente de nutrientes saludables, que sus papilas gustativas desarrollen un gusto por lo delicioso pero nutritivo, para que su crecimiento sea sano. Muy pronto se incorporan a la mesa con la familia y gozan no solo del alimento si no del compañerismo, compartir un buen platillo y la compañía de quienes lo aman.
Estoy segura que estas de acuerdo conmigo y dices si, a todo lo que eh dicho, ¿Por qué? Porque esto es importante, pero quiero llamar tu atención a algo que es más importante aún, ¿Has considerado que tan intencional, y eficaz estas siendo en la importantísima labor de nutrir su alma? Teniendo en tu mente que, su alma es eterna, su cuerpo no, así como nos preocupa esta área de la vida de nuestros hijos, debemos ser más persistentes, intencionadas y efectivas en nutrir las almas de nuestros hijos.
Cuando tu hijo es pequeño tu escoges, de que, cuanto, y cuando será alimentado, Bueno... ¿Cuáles son tus criterios para el alimento espiritual de tu hijo?
- ¿Está aprendiendo el evangelio, esta recibiendo enseñanza sana de la palabra de Dios? Nunca un niño es demasiado joven para aprender de Dios, sus primeras lecciones vendrán de mama. Una mujer que fielmente, busca del Señor, asiste a la Iglesia, es disciplinada en su vida espiritual, aunque tu hijo sea tan pequeño que no pueda entender, será sumamente bendecido por ti, procura diligentemente enseñarle, reverencia (Sin importar su edad, él tiene oídos) háblale, enséñale, que guarde silencio a estar quieto en las reuniones, para un niño pequeño el concepto de la presencia de Dios es totalmente abstracto, no puede entenderlo, pero si tú le enseñas obediencia a ti, someter su voluntad a la tuya, poco a poco el comprenderá el concepto de autoridad, esto le ayudara a no tener conflicto para someterse y a ser disciplinado. En su adolescencia estarás agradecida, de haber trabajado antes. Deuteronomio 6:6-7
- Ora con el y lo mas pronto posible cuando comience a hablar enséñale a orar por si mismo, te sorprenderás lo rápido que un niño, comprende las verdades espirituales.
- Se consistente en enseñarle la maravilla del evangelio, Dios amando al hombre (niño) pecador que lo rechaza, que envía a su Hijo a morir por sus pecados (No olvides él es un pequeño, lindo y encantador, pero nació con una naturaleza pecaminosa.
- Enséñale a apreciar el libro de Dios, recuerda solo la palabra de Dios puede dar vida, y hacerlo sabio para la salvación. "y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús" 2da Timoteo 3:15
- Instrúyele desde que comience a hacer pequeñas decisiones a aplicar los principios de la palabra de Dios, por ejemplo, principios de obediencia, perdón, sujeción etc. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia" 2da Timoteo 3:16.
En un pequeño escrito como este es difícil poder escribir todo lo que de este tema podría decirse, por último, te animo a ser tú, su mejor ejemplo de fidelidad y obediencia Se como Eunice para Timoteo "trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también" 2da Timoteo 1:5.
Jamás dejes de orar por su salvación, recuerda que la salvación es del Señor y El es quien hace el llamado eficaz al arrepentimiento y es quien vuelve el corazón de nuestros hijos a Él. Anímate cobra fuerzas en el Señor nunca pierdas de vista que Él te encomendó tus pequeños hijos y rendirás cuenta de tu trabajo como madre.